La importante labor que está realizando Cristina Ulloa Pastor en varias facetas de su actividad profesional resulta muy encomiable en momentos de incertidumbre como los actuales. Podríamos sintetizar sus esfuerzos de carácter cívico y moral en tres grandes líneas de actuación: el desarrollo de todas las facetas del arte como expresión de la sensibilidad humana, su militancia contra el edadismo como manifestación de la discriminación por edad y, sobre todo, el encuentro intergeneracional como la mejor vía para alcanzar el mutuo respeto humano. Su personalidad desbordante en estas expresiones se ha convertido en un ejemplo social y en un referente ético de que a través de nuestras acciones podamos ayudar a mejorar nuestro entorno y por expansión también al mundo buscando ayudar a las partes dolientes de la humanidad.
Juan Manuel de Faramiñan Gilbert
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